EN BUSCA DE CURRO

El encuentro con tu preciado Curro es algo, que de un modo u otro, todos buscamos en la vida. Un Currito que nos complazca, que nos aporte dinerito fresco, bienestar… Al principio casi todos los Curros suelen cumplir con nuestras expectativas pero al final, con el tiempo, muchas veces te pasa como con la pareja, que te acaba apeteciendo probar el de tu vecina… Y es que encontrar un trabajo que te guste, te mantenga y te deje tiempo para ti, es tan difícil como encontrar el marido perfecto.

Lo cierto es que tiempo atrás era bastante más fácil, por eso de que había donde elegir, me refiero a lo de encontrar trabajo, eh? Y uno podía poner un poco sus condiciones e incluso permitirse el lujo de rechazar alguna oferta pero ahora… O trabajas el doble de horas y cobras la mitad que hace unos años o… puedes quedarte en tu casa que hay cola detrás de ti para aceptar el mismo empleo.

Pero bueno, aparte de lo de ponerse uno un tanto exquisito estaba el “qué quiero ser de mayor” y es que algunos lo habían tenido claro desde siempre, por así decirlo, pero la mayoría, a los dieciséis, que es cuando tienes que empezar a decidir por qué rama quieres tirar no tenemos ni flowers de qué queremos  ser. También puede pasar, como es el caso, que hoy quiero ser esto y mañana lo otro. De hecho creo que muchos hicieron lo que creían que querían porque a eso se dedicaban sus padres o eligieron carreras que al empezar nada tenían que ver con lo que imaginaban, por ejemplo, y quizás, en el fondo tampoco se sienten del todo realizados aunque intenten convencerse de ello.

Mi caso ha sido bastante pintoresco y contradictorio hasta encontrar, lo que por ahora creo que es el camino. Y es que me chupé todo un bachillerato humanístico, letras puras, con su historia del arte, su filosofía, su mitología griega, sus declinaciones y oraciones de latín… Fue divertido pero bastante inútil teniendo en cuenta que finalmente no hice filología francesa como tenía previsto después de que un verano, con catorce o quince años perdiera la cabeza por un garçon si gentil, vamos un francés bastante geta.

El último año de instituto, ya toda una “adulta” con dieciocho recién cumplidos y una calificación de notable, decidí que seguir estudiando era una pérdida de tiempo, muy inteligente por mi parte… Así que fue justo en ese punto cuando empecé mi aventura con mis algunos preciados y otros detestados Curros; Una tienda de deportes, una panadería, una fábrica de envasado de productos de limpieza que parecía más bien una cárcel de mujeres… La cosa iba de mal en peor pero me metí en el ramo del mueble y con poco más que muchas ganas monté una tienda de decoración, esta si que me duró: Casi cuatro años! En ese tiempo decidí volver a estudiar e hice Interiorismo, me gustaba mucho el tema y durante bastante tiempo me dediqué a ello ya que posteriormente tuve mis Curros en una distribuidora de decoración comercial, un despacho de arquitectura como interiorista del que guardo muy muy buenos recuerdos y hasta en la administración pública en el departamento de obras!

Con los años, he visto que mi Curro preferido es muy sociable y he dejado un poco en segundo plano el tema de la decoración para centrarme en la parte más comercial y si me deja darle mi toque estético personal, mucho mejor! Si si, ha habido muchos Curros en mi vida…

Mi currículum es un poema… La variedad prima sobre todas las cosa!

No hace mucho leía que no es bueno haber tenido muchos trabajos y que puede despertar ciertas sospechas al receptor de nuestra vida laboral porque es como que aguantas poco en los sitios y, bueno si, a simple vista podría dar esa sensación pero quizás hay que ver un poco más allá ¿No? ¿O es que no tenemos derecho a encontrar nuestro Curro ideal y nuestra verdadera vocación? Tal vez una persona motivada y realizada en su trabajo puede ser muchísimo más productiva y creativa que un carcamal que lleva medio siglo sentado en el mismo sillón realizando una tarea mecánica día tras día ¿No?

Por suerte creo que, por fin he encontrado a mi Curro esperado y si “la suerte” lo permite, no me apartaré de él. Así que animo a todo el mundo a buscar tanto como haga falta para encontrar aquello que realmente le motive y le haga feliz.