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martes, 13 de enero de 2015

EL ESCUDO. Parte II


Empezaba el verano, habían acabado las clases, el calor ya podía sentirse intensamente y los días eran más largos.

Marcos era un adolescente con la rebeldía propia de su edad pero, en lo más profundo de sus pensamientos, escondía inquietudes que distaban bastante a las de la mayoría de sus amigos. Sus deseos infantiles se habían transformado en sueños por los que lucharía hasta alcanzar, y una fuerza imperceptible lo empujaba, a veces inexplicablemente, hacia sus objetivos.

Una tarde, cuando empezaba a aflojar el sol, salió a tomar un poco de aire con su bicicleta, sentir como el viento chocaba contra su cara mientras pedaleaba a toda velocidad, le proporcionaba un sentimiento de libertad que ninguna otra cosa le daba y, se conjugaban todos los elementos para poner en marcha la máquina de su imaginación. Aquel día decidió tomar un camino nuevo, subió a lo alto de una pequeña montaña y desde allí optó por una ruta que desconocía, hasta llegar a lo que resultó ser un club de golf. Un enorme prado verde bajo sus pies, arboles, un canal de agua que moría en una especie de lago artificial, hombres y mujeres bien vestidos, con distinguido look deportivo y sus relucientes palos perfectamente ordenados en sus bolsas, un escenario inexplicablemente cuidado.

La vida de Marco era una vida sencilla y humilde pero el aire que se respiraba en aquel campo que descubrió inesperadamente una tarde de verano, lo cautivaron. No era envidia, ni admiración tan siquiera por aquellas elegantes personas que se divertían conversando y jugando a golpear una pelotita con el propósito de meterla en un hoyo... pero algo le llevó, durante algún tiempo, cada día a aquel lugar. Pasaron varias semanas hasta que, una mañana, mientras contemplaba el espectáculo, una bola calló cerca de él y un señor se acercó diciendo:

- Gracias chico. Por cierto, ¿Qué se te ha perdido por aquí?
- Nada señor, solo me gusta venir aquí y verles jugar. Contestó Marco.
- Está bien... Dijo poco convencido el hombre quien, tras dar unos pasos, se volvió de nuevo y preguntó:
- ¿Sabes jugar chico?
- No señor, nunca he jugado al golf.
- ¿Te gustaría aprender?
- Claro señor, pero creo que no me puedo permitir una afición así, todavía. Respondió prudente y emocionado al mismo tiempo.
Durante unos segundos, se hizo el silencio hasta que el señor bien vestido lo rompió diciendo:
- Mañana a la seis de la tarde te veo aquí chico.

Aquel verano Marco aprendió a jugar al golf y a codearse con adultos de la más selecta sociedad; Empresarios, ejecutivos, personas que poseían grandes fortunas y lujosas mansiones, personas con las que, de no haber sido por recoger una bola extraviada un día, posiblemente jamás hubiera llegado a conocer, personas de las que aprendió muchísimo, pues marcaron el inicio del rumbo de su vida.

Empezó de nuevo el curso y cada vez le costaba más asistir a las clases, resultaba mucho más atractivo volver al campo aunque ya solo quedaran unos pocos golfistas, echaba de menos las conversaciones de los hombres de negocios, sobre sus compañías, sus inversiones y, a su vez, para ellos era divertido contar, entre sus colegas, con un hombrecito curioso de no más de dieciséis años.

Las faltas de asistencia en la escuela eran cada vez más frecuentes y no tardó en llegar la primera carta de la tutora a los padres de Marco solicitando una entrevista para hablar de la problemática. Como era de esperar, Marco inventó mil excusas para escabullirse de la irremediable charla de sus progenitores pero nada pudo evitar que el control sobre él se acentuara notablemente.

La presión tanto en casa como en la escuela, lo ahogaban y, aunque podía llegar a comprender el comportamiento de los que le rodeaban y le querían, en ciertos momentos de serenidad, algo en su interior le quemaba por dentro, una especie de ira y rebeldía imparable luchaban contra su sentido común como si dos seres distintos habitaran su cuerpo. Después que la psicóloga social diagnosticara su actitud como normal y común en la adolescencia, los padres de Marco sospechaban que algo más le pasaba a su hijo...

Durante el curso, la cosa empeoró, Marco se fue encerrando cada vez más en su mundo y dando alas a aquello que, durante años había permanecido dormido y que, los últimos acontecimientos habían despertado como una fiera que tras el letargo se alzaba con furia. El chico era consciente de que con él convivía algo que le había acompañado durante mucho tiempo, desde su más tierna infancia... Pero últimamente luchaba por salir a la luz, por ser liberado y a penas podía pararlo. Empezaron a ocurrir cosas extrañas, cosas que no podía controlar, se comportaba de forma extraña y, en ocasiones decía cosas que en realidad no quería decir, o quizás si... podía llegar a ser grosero y maleducado sin darse cuenta, sin poder reprimir el impulso, luchando en una dualidad entre él mismo y lo que llevaba dentro.

El muchacho sentía que a veces no era él pero ese "no ser él" le hacía más fuerte, como invencible, capaz de enfrentarse a todo a pesar de su juventud y quiso saber más. Cada nueva experiencia, cada manifestación del ser o lo que fuera que lo había de algún modo ocupado, alimentaba más y más su curiosidad. Una noche, mientras sus padres dormían, se levantó, recorrió descalzo el largo corredor en medio de una prácticamente absoluta oscuridad, sólo podía verse el sutil reflejo de la luna en cuarto menguante, entrar por la claraboya de la escalera. Llegó a la biblioteca casi a tientas, dispuesto a encontrar respuestas entre las notas de papá, tenía el vago recuerdo de algunas historias que le contó la abuela acerca de ángeles, demonios, de seres imperceptibles a la vista de la mayoría que ocupaban los cuerpos de algunas personas...  Encendió la lampara del escritorio minuciosamente ordenado e impoluto, pensó que lo que buscaba quizás estaría en alguno de los cajones, los revisó uno a uno con especial atención, a excepción del último, estaba cerrado. La llave no estaba a la vista y, levantó la mirada, una gran estantería se levantaba delante de sus ojos repleta de libros de todos los tamaños y colores, se acercó y con el dedo índice recorrió los lomos de todos los ejemplares que quedaba al alcance de su brazo dibujando un angulo de noventa grados. Mientras tanto, en la habitación principal, algo despertó a Elena, la madre, sin encender la luz, abrió suavemente la puerta del dormitorio principal y asomó la cabeza, al fondo del pasillo la biblioteca y Marcos frente a los libros.

- Marco, hijo, ¿Qué haces ahí a estas horas? Susurró la mujer para no despertar a su esposo.
(Silencio) 
- Marco! Repitió, esta vez en un tono algo más alto sin obtener ninguna respuesta. Marco parecía estar completamente sordo y su madre avanzaba extrañada sospechando que quizás era sonámbulo y hasta entonces no se habían percatado... Justo antes de cruzar la puerta, se oyó un ruido a su espalda, Elena, se sobresaltó, miró atrás y al volver la vista hacia la biblioteca, Marco había desaparecido. La habitación pareció congelarse y un escalofrío recorrió su cuerpo, deshizo sus pasos por el pasillo, corrió hasta el dormitorio de su hijo asustada, abrió sigilosamente la puerta y allí estaba el chico, recostado tranquilamente en su cama con un libro en las manos. Se acercó todavía aturdida y agarró la cara de Marco para comprobar que estaba bien pero al cruzar la mirada con la de su hijo encontró algo que jamás antes había visto, ante ella posaba la más absoluta oscuridad, sus ojos eran totalmente negros y aterradores. Como si ante un fantasma se encontrara, el miedo caló sus huesos y un llanto desconsolado se apoderó de ella, ese no era su hijo. Durante unos segundos, la pobre mujer, atónita, no pudo ni pronunciar palabra, no lograba encontrar ninguna explicación a lo que acababa de suceder. ¿Cómo podía haber visto al chico, desaparecer y al segundo aparecer de nuevo en otro lugar? ¿Qué le estaba pasando a Marco?

- Mamá, ¿Qué pasa? ¿Estás bien? Volvió en si, pasados unos minutos.


Continuará....


* Para los que sintáis curiosidad por saber cómo empezó la historia, podéis seguir este enlace :EL ESCUDO

4 comentarios:

  1. Hola Chris!
    La verdad me ha gustado, peor tendré que lee rigual la primera aprte para ver como viene la cosa y los personajes ^^
    Sigue asi ya espero ansiosa lo que vendrá! ^^

    Un beso y feliz jueves.
    P.D. Te dejo mi otro blog por si quieres visitarlo. Es sobre tutorialesy tips de mkt para bloggers :) ► http://edicionpf.blogspot.com.ar

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  2. Tana!!! Me alegra que te haya gustado y si, te recomiendo leer la primera parte. La verdad es que es una historia interesante que me gusta mucho, empiezo ya ha pensar en la siguiente!!

    Voy a echar un vistazo a tu otro blog!!

    Feliz viernes ya...!!!

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  3. ¡Buenos días, buenas tardes o noches, queridos chicos!, ¡Hola, queridos chicos!, Hola, querida Norita!, ¿Cómo están?. Nos ha gustado y encantado mucho el nuevo capítulo de tu historia, querida amiga. ¡Sigue así, querida amiga! porque eres una gran poeta, escritora, amiga y persona. ¡Te queremos mucho, querida amiga! :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :).

    Te mandamos infinitos saludos y abrazos argentinos, junto con toda mi familia, con todos mis seres queridos y amigos, tantos para ti, como así también, para todos tus seres queridos, amigos y seguidores de tu gran hermoso y sublime blog, querida amiga :) :) :) :) :) y te queremos desear junto con toda mi familia, con todos mis seres queridos y amigos, tantos para ti, como así también, para todos tus seres queridos, amigos y seguidores de tu gran bonito y sublime blog, un muy buen y feliz comienzo del nuevo domingo :) :) :) :) :).

    ¡Sigue así, querida Norita!. ¡Sigue así, querida amiga!. ¡Te queremos mucho, querida amiga! :) :) :) :) :) :) :) :) :) :).

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  4. Gracias por los elogios quirido Nico.
    Un abrazo!!

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