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sábado, 16 de enero de 2016

VIDAS CON FECHA DE CADUCIDAD



¿Recordáis cuando las cosas eran para siempre? Cuando nuestros padres, o nosotros mismos, nos enamorábamos perdidamente pero hasta el infinito? Cuando la gente daba el si quiero hasta que la muerte les separaba? Cuando comprábamos casas para vivir por el resto de nuestra vida? Cuando un contrato laboral indefinido era indefinido? Cuando la gente se jubilaba tras dar toda su vida a una misma empresa y a su patrón?


¿Me estaré haciendo mayor al plantearme esto? Quizás si... Lo cierto es que en algunos aspectos el que las cosas "caduquen" ha sido toda una evolución pero en otras... más valdría que las hubiéramos dejado como estaban. 

El mundo ha cambiado, la gente ha cambiado, ya nada es eterno, ni lo que tienes, ni lo que pierdes, ni tan solo lo que sientes pero, ¿Eso es bueno? A veces tengo la sensación de que el hecho de que todo sea, en cierto modo, efímero, le resta valor o por lo menos, ya no tiene el valor que tenía antes y si no, recuerda la primera vez que te despidieron de un trabajo o la primera vez que se te rompió una relación. Cada cual lo supera a su manera y cada uno lo encajamos como buenamente podemos pero cada vez se lleva mejor, o no? El asimilar que todo tiene fecha de caducidad, nos hace ver las cosas de otro modo y no tomárnoslo tan a pecho.

Otro ejemplo es el tema de la vivienda, comprarse un pisito como garantía de que nunca más tendríamos problemas económicos, dejó de tener gracia cuando tu casa no iba a ser tuya hasta pasados treinta o cuarenta años y mientras tanto, siempre que no dejaras de pagar, el banco te dejaba vivir el ella. Sin contar que eso suponía no cambiar jamás de barrio, ni de vecinos, ni de ciudad evitando así el "trauma" de afrontarse al miedo de lo desconocido, de adaptarse a otro lugar, a otra gente, a otra cultura... Visto así, que más le da a uno "alquilarle" el hogar al director de la oficina o a un casero particular, es más, buscando las ventajas, éste último hasta te deja marcharte, como aquel que dice, cuando te de la gana sin reclamarte nada, mientras que el otro, te exprimirá sea cual sea tu situación a lo largo de tu vida, sin perdonarte ni un centavo hasta que pagues hasta el último euro que valga tu casa y un poco más... 

A veces no es, ni siquiera una decisión propia y las circunstancias te llevan a cambios, yo misma, que fui una niña que viví y crecí con bases firmes y creí en los valores tradicionales de la España de la transición, a mis casi 35, intenté llevar una vida como la de mis padres pero no funcionó ni el primer trabajo, ni el matrimonio, ni muchas de las amistades de colegio, cambié de pareja, de casa, de forma de pensar, muchas veces, y aquí sigo buscando mi lugar, aprendiendo de cada experiencia hasta encontrar el lugar definitivo donde asentarme. Sé que a muchos de mi generación si les resultó y el primer camino que tomaron fue el correcto, se adaptaron al modelo "normal" pero a mucho otros no, puede que sea cuestión de suerte, o de inconformidad, no lo se... 

La sociedad moderna, en general evoluciona hacia lo nómada en búsqueda de oportunidades, de experiencias, nos abre a un mundo más global pero, ¿se cobrará algo a cambio esta transformación de muchos de los hombres y mujeres de hoy? ¿Realmente así lograremos sentirnos libres? ¿Pierde por este camino el ser humano valores como el del amor o la familia? Sea como sea, no hay vuelta atrás así que, asumamos con optimismo que, como la vida misma, todo viene con fecha de caducidad por lo que si quieres vivir intensamente disfruta cada momento y si algo no piensas perder hoy, aférrate a ello porque mañana, tal vez, ya haya caducado.




2 comentarios:

  1. Creo que con lo bien que lo explicaste no hay nada más que añadir.
    En estos momentos ya nada es eterno y deberemos saber afrontar cada día que pasa, los nuevos cambios a los que estaremos expuestos cada vez que nos despertamos. Supongo que esa es nuestra lucha diaria.
    Y la debemos tomar de la mejor manera posible.
    Me alegra que hayas vuelto!
    Un besazo!!

    aunque yo sigo perdida...ejem

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  2. Pues si, es agradable volver a estar por aquí y que el tuyo sea el primer comentario, todo un honor!!! Me alegra verte aunque sea virtualmente... pero seguimos teniendo un café pendiente, eh?

    Un besazo amiga!

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