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miércoles, 23 de abril de 2014

Erase una vez una mujer que...



Aunque no había sido mujer de grandes lujos, más bien un chica bastante discreta, nunca le faltó de nada, un piso amueblado con todo detalle, buen coche, vacaciones por el país, la nevera siempre llena y la casa repleta de amigos. Llevaba una vida modesta pero acomodada.

Después de su divorcio, a pesar de la perdida de bastantes más cosas que un marido, una vez superado el disgusto de las primeras semanas, todo parecía marchar bien. La separación fue amistosa y después de las lágrimas llegó el alivio, la calma y sobretodo la libertad, la libertad de decidir cada detalle de su vida con la tranquilidad de cierto respaldo económico propio.

Fueron unos meses de renacimiento al mundo, a gente nueva, a distintas costumbres, fue la oportunidad de empezar de cero sin condicionarse por nada ni por nadie, una segunda adolescencia pero esta vez totalmente independiente y con total autonomía en todos los sentidos.

En las noticias empezaban a hablar del aumento en las cifras del paro y las precarias condiciones de los nuevos contratos laborales y aunque la situación en aquel momento parecía ajena a ella, avanzaba como lava irrefrenable arrasando todo a su paso hasta  que, como podía esperarse, la salpicó a ella también y, una españolita más, perdió su valorado trabajo.

Aunque no tenía criaturas a su cargo el nuevo panorama la hicieron apresurarse a buscar un empleo cuanto antes, encontraba cositas puntuales para pagar sus gatos y poco más. Trabajaba de sol a sol y le llegaba tan solo para pagar y pagar facturas pero ella esperanzada siempre en que llegaría algo mejor no perdía la ilusión, aunque a veces resultara complicado.

El último de los precarios empleos que encontró fue en el  turno de noche, en la entrada de un local de moda a 50km de su casa. Todos los fines de semana se maquillaba y se vestía para ofrecer su mejor cara por tan solo unos euros al mes. Era invierno y las noches muy frías al raso, sentada tras un mostrador durante horas, pero no quedaba alternativa que seguir sonriendo, a pesar de su situación mientras los clientes animados, algunos incluso medio embriagados, pasaban a divertirse y a gastar hasta el último centavo de sus carteras.

Una noche, ella con la vista inclinada hacia el cajón de las monedas, se acercó una pareja y prácticamente por acto reflejo entregó las entradas sin apenas verlos, pero algo la hizo levantar la mirada, la pareja caminaba hacia al interior de la sala, solo les vio de espaldas, ella era rubia y él alto, moreno y vestía vaqueros y americana oscura. Por alguna extraña razón, sin haberle visto siquiera la cara, pensó para sí misma “un hombre así querría para mí”…

Aquello quedó como una absurda anécdota y no volvió a pensar más en ello, ni tan siquiera la semana siguiente, cuando el hombre misterioso apareció de nuevo. Se dirigió a ella y con gentileza le dio las buenas noches y tomó su entrada. Esta vez venía solo. La escena se repitió durante semanas y ella retomó la ilusión de acudir a su puesto para volver a verse y cruzar unas breves palabras con él.

El caso es que allí, en aquella puerta, bajo las noches de un invierno gélido, sin planearlo y por sorpresa para los dos, nació una historia de amor que cambiaría para siempre sus vidas.





4 comentarios:

  1. Pues la envidio profundamente, porque hace muchos años que no vivo esa ilusión.

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    1. Esas cosas suceden cuando no lo buscas, cuando no lo esperas, cuando te quieres más a tí que a nada, entonces es cuando estás preparada. Sé que suena muy tópico pero realmente cuando te cuidas y te mimas te olvidas del resto y empiezan a pasar cosas buenas.

      Gracias por tu comentario, me alegra verte por aquí, estás invitada siempre que quieras.

      Ahora igual la "cago" pero si no me equivoco tienes 2 blogs y te sigo en los 2 (bueno en uno seguro en el otro si no me he hecho yo sola un lío, también) y me encantan los 2, opuestos pero geniales. Felicidades.

      Te mando un abrazo enorme!

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  2. ¡¡¡Hola Norita!!!, ¿cómo estás?. Me ha encantado mucho esta nueva entrada a tu blog, te felicito. ¡¡Sigue así!!!.

    Te mandamos infinitos saludos y abrazos argentinos toda mi familia y amigos, y te deseo de que vos como todos tus seres queridos y amigos hayan pasado unas muy buenas y felices pascuas :).

    P.d: Me ha encantado mucho el nuevo look de tu blog :).

    Te mandamos infinitos saludos y apretones de abrazos desde Argentina, toda mifamilia, amigos,etc hacia toda tu familia, a vos, a tu querido gran blog y a todo tu querido y gran país :).

    Nico :).

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  3. Hola Nico,

    Como siempre tengo que darte las gracias por tu comentario, me alegro que te haya gustado la entrada y mi "nuevo look"! Hay que ir variando un poco, no? jajajaja

    Un fuerte abrazo

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