Hija i heredera del poderoso rey, vivía una princesa en su reino y aquel
castillo era todo su mundo, nunca antes conoció qué había más allá de los muros
que guardaban la fortaleza.
Desde el día en que nació, una fría mañana de invierno, su padre se encargó
de cumplir todos sus deseos, complacerla en sus caprichos y sobretodo enseñarle únicamente lo que, a su modo de ver,
debía aprender.
Siendo tan sólo una niña, pidió al rey una amiga con quien compartir sus
entretenimientos en palacio y su padre,
mandó a un vasallo al pueblo a buscar a una pequeña aldeana para que se instalara
con ellos y su hija pudiera disponer a
su antojo de la pobre muchacha como si de un simple juguete se tratara.
El monarca se ausentaba ciertas temporadas del reino pero un ejército de
guardias, sirvientes y doncellas quedaban encargados, sin que ella tuviera la
menor idea, de que la joven siguiera las instrucciones de su padre y que nada
le faltara siempre que no cruzara los límites del castillo.
Una noche, siendo ya la princesa una
hermosa jovencita, justo después de un copioso festín en honor al regreso del
rey de uno de sus misteriosos viajes, conversaban los dos en un salón de
palacio cuando un numeroso grupo de caballeros enmascarados irrumpieron en la
escena. El rey intentó alcanzar su arma pero todo intento fue en vano, nada
impidió que aquellos hombres lo inmovilizaran y se llevaran a la joven heredera
para no verla nunca más.
Aquella noche el rey fue asesinado y el pueblo se liberó de un monarca que
durante años los había explotado y atemorizado con terribles amenazas si alguno
de los habitantes del reino se atrevía siquiera a contar una sola palabra de lo
que allí en realidad estaba ocurriendo.
La princesa, arrastrada por uno de aquellos hombres abandonó el castillo a
lomos de un caballo negro, gritó y pataleó perdiendo prácticamente las fuerzas,
después de algunos quilómetros el trote del caballo fue aminorando hasta
detenerse completamente. Abatida por el susto y aún entre sollozos, el joven la
tomó entre sus brazos, secó sus lágrimas y mirándola a los ojos contó la verdadera
historia de su falso rey, un rey que la apartó del seno de su familia nada más
nacer y durante muchos años le hizo creer que era su padre.
Fue un duro golpe para la princesita descubrir la verdad, tuvo que aprender
a vivir sin lujos, ni sirvientes ni doncellas pero descubrió el mundo real, el
mundo que había más allá de los muros de un castillo y se construyó una nueva
vida, una vida de verdad.
Que linda historia y con un buen mensaje.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro que te gustara Rosa y bienvenida a mi espacio!
ResponderEliminarOtro abrazo para ti.