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jueves, 19 de febrero de 2015

CÓMO CONVERTIRSE EN UN ADULTO SIN MORIR EN EL INTENTO

 
 
¿Recuerdas aquella época en que el mundo conspiraba contra ti? ¿Cuándo nadie parecía comprenderte? ¿Aquellos días en que te emocionabas pensando ilusionado en qué harías al salir de la escuela y después todo se torcía? ¿Cuándo tus padres querían amargarte castigándote sin ir a la excursión que habías planeado con los chicos para el fin de semana? ¿Cuándo todo era una fiesta y, de repente solo querías encerrarte en tu cuarto?
 
Algunos pensaréis, "¡¡ si justo ayer!!" y es que todos conservamos algo de adolescentes, unos más a la vista y otros un poco más escondido pero no me refiero a eso, os hablo de la edad en que ya te sientes mayor, y lo eres, aunque los mayores no quieran acabar de aceptarlo pero todavía no eres consciente de que queda muchísimo por aprender para enfrentarte solo a la jungla que supondrá en adelante tu existencia.
 
Muchos guardamos estas percepciones como recuerdos que revivimos al tener hijos, sobrinos, cuñados menores... pasando por ese trago. Lo cierto es que la situación no es fácil de afrontar porque el inevitable instinto de protección distorsiona, en cierto modo, nuestra memoria que, por otro lado, no debe influenciarnos más que lo justo a la hora de educar puesto que cada persona es distinta y los tiempos cambian.
 
A menudo nos cuesta empatizar con el prójimo y, aunque desde nuestro punto de vista, no veamos el
problema como tal, para el que lo vive si es importante y no sólo eso, si tomamos la vía de quitarle toda la importancia, puede agravar la situación potenciando el sentimiento de incomprensión . Además, a ciertas edades, nos encontramos en un punto de inflexión en el que podemos, inconsciente y contrario a nuestros deseos, empujar al joven a un camino equivocado. En general, las personas, pasamos por momentos en que la falta de atención o del cariño que reclamamos nos puede conducir a acercarnos a personas poco apropiadas, sobretodo a determinadas edades y, sin ser protectores en exceso, los padres, tíos, hermanos o tutores debemos evitarlo pues nos encontramos en la etapa en la que el niño deja de serlo y se está forjando definitivamente como adulto, pero, ¿CÓMO? No soy nadie para dar lecciones pero si se lo importante que es el diálogo y la comunicación. Hay que escuchar, ponerse en el lugar del otro y entender.
 
Vivimos en un tiempo en que los adultos estamos constantemente estresados, sumidos en el trabajo, en nuestras preocupaciones y, a veces, sin darnos cuenta, descuidamos cosas muy importantes. Es bueno que nuestros hijos puedan ir a buen colegio, que coman bien, que lleven buena ropa pero también es muy importante que sepan cuánto hay que luchar para que ellos tengan todo eso y nosotros, desde nuestra perspectiva, no debemos perder de vista que ellos también tienen sus conflictos.
 
En los últimos años he observado que nuestra sociedad ha creado "monstruitos malcriados y exigentes" por la comodidad de sus padres, es posible, pero mucho cuidado con esto porque la permisibilidad en exceso o contrariamente la falta de atención puede tener consecuencias muy graves y con difícil boleto de retorno.
 
Quiero pensar que todos los padres adoran a sus hijos y darían su vida por ellos así que, hagamos el esfuerzo de comunicarnos y transmitirles nuestro amor para que sepan cuánto les queremos y forjemos un futuro lleno de hombres y mujeres sensatos y honestos.
 
Por otro lado y ya para acabar, si alguno de los lectores del BLOG DE MYNORITA, os encontráis en una situación delicada en que os sentís incomprendidos pensar que, vuestros padres, hermanos o tíos a su modo, hacen las cosas lo mejor que pueden pensando siempre en vuestro bien, que no podéis olvidar eso porque la vida siempre os presentará dificultades pero, en los momentos buenos y sobretodo en los no tan buenos, ellos siempre estarán ahí.
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. No volvería atrás en el tiempo ni que me mataran...sobre todo a la adolescencia...bufffff....
    Qué desastre. Yo no me soportaba. Ahora al menos soy un poco más "libre" para hacer lo que me viene en gana...(dije un poco!!!)
    y soy totalmente consciente de lo que hago mal.
    Yo también me doy cuenta que últimamente los niños que "suben" son muy "chukys" ...Demasiada libertad y demasiada "dejadez" por parte de ellos. Vale...siempre te dicen...ya... no sabes lo que es y lo que cuesta...sí querida...sí que lo sé. Yo me senté muchas veces a "pensar" qué sería tener un hijo...lo que necesitaría y lo que no. Sobre todo, qué tiempo podría dedicarle. Pero...la gran mayoría de personas tienen hijos porque toca, porque la llamada de la naturaleza rugió...por muchas chorradas más...y sobre todo porque donde comen dos, comen tres...¿es así realmente? porque dar un plato de comida tampoco es tanto...¿y la educación? aquí...falla algo muy grave en nuestra sociedad...pero claro....todos los padres lo hacen "lo mejor que pueden"...Quizás tendrían que esforzarse más.

    Un besazo gigante Norita

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    1. Si que es verdad que, como en todo, hay que vivirlo pero vamos que aunque en eso algunas no tenemos experiencia en primera persona si tenemos ojos y oídos y sea como sea en muchos casos los comportamientos dejan bastante que desear...

      Nuestros padres tampoco tenían un manual de cómo hacerlo, a no todos les salió a la perfección (a las pruebas me remito...) pero de lo que si estoy convencida es que habían otros valores y mucho más respeto...

      Pero en fin, espero que todos pongamos un poco más de amor a lo que hacemos y seguramente recogeremos mejores frutos.

      Yo, mientras tanto sigo viviendo a tope, en lo bueno y lo malo, pasados los 30, mi propia particular adolescencia ;)

      Besitos mi querida MB

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