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miércoles, 22 de enero de 2014

DIARIO DE UN TIGRE ENJAULADO


Vivo en un mundo artificial desde casi hasta donde me alcanza la memoria, a penas recuerdo de donde vengo y anhelo cada día más ese lugar.

Tengo vagos recuerdos de antes de llegar aquí, recuerdo parajes verdes, el rugido de mi madre mientras jugaba con mis hermanos, recuerdo el canto de los pájaros, un inmenso lago verde, recuerdo la libertad. No he podido olvidar el deseo de aprender a cazar como mis mayores y los malditos hombres me robaron todos mis ideales, me robaron mi familia, me robaron mi tierra.

Hace cinco años que vivo en este puñetero zoo y aquí cada día me despierta la misma rutina, el mismo alimento, las mismas caras… ¿Creerán los que miran a través de los barrotes de mi cárcel, cuando dicen qué gatito tan grande, que soy feliz aquí?

Noooo, no soy feliz, quiero irme de aquí! A veces me pregunto por qué nadie me abrirá la puerta y simplemente me dejará marchar.

Aquí  el día no es demasiado estresante, eso si, más bien en absoluto estresante, dormir al sol, dormir a la sombra, tomar un baño, unos trozos de carne inerte… Ausencia absoluta de emoción. Yo no nací para vivir así.

Anoche soñé cómo poner  fin a este calvario. Lo tengo decidido, no soy ningún gatito y mucho menos enjaulado!

Mi plan está en marcha. Mañana cuando abran la puerta para ponerme de nuevo el maldito trozo de carne, voy a saltar sobre él, mostraré mis garras, mostraré quién soy y correré sin mirar atrás.

Mañana voy a correr sin detenerme, entre la gente, entre esos coches que no me dejaban dormir. Odio vivir en este mundo de locos, este mundo no es mío, ¿Qué narices hago yo aquí?
Intuyo que el camino será largo pero no voy a parar hasta encontrar mi lugar, el lugar de donde vengo.

Mañana emprenderé el camino que me lleva hasta donde pueda cazar, dormir sobre un árbol, tomar un baño de verdad, rodearme de los míos. No volveré a ser expuesto como un trofeo, no volveré a ser un gatito enjaulado.

Y sé que puedo morir en el intento, que trataran de detenerme pero no pasaré ni un día más aquí encerrado y si no lo logro habrá valido la pena morir intentando hacer realidad mi sueño.


Mis queridos espectadores, me despido para siempre. 


4 comentarios:

  1. Para los que me conocéis personalmente, no os asustéis, ni soy un tigre ni voy a ninguna parte, o al menos sin avisar.

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  2. Seguramente no conseguirá su comentido este pobre tigre...lo volverán al zoo...o le pegarán un tiro justo al doblar la esquina...así somos los humanos. Perdemos a diario nuestra libertad en cosas mundanas, en el trabajo, en pequeñas cosas y vamos encerrandonos y un buen día nos levantamos y vemos que necesitamos ser ese tigre y volver a nuestra esencia...
    Buajjjjj...cooooomooo me enrollo..
    Me ha encantado la historia y cómo la contaste y el "rerafons"...
    me ha encantado!! brutal!!!!
    Petonsssssssss

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  3. Me encanta cómo te enrollas... jajajaja! No, en serio, has captado perfectamente el mensaje.
    Sólo una historia con "rerafons" para el que sepa y quiera verlo.
    Y bueno, si, todos somos un poco ese tigre alguna vez por lo de salir corriendo y por lo de comernos a alguien en determinadas ocasiones. O no?
    Petonets guapa!

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    Respuestas
    1. Norita...
      a mi a veces me da por ser CorreCaminos meck meck...realmente tengo que hacer verdaderos esfuerzos por no huir...y de comerme a alguien...buffffffff...muchas veces...
      Menos mal que la sensatez me puede...
      je,jeeee

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