Se fue su musa, voló y con ella su inspiración.
Se dice que vagabundea por las calles, con la cabeza gacha, sumido en sus
pensamientos buscando a su musa.
No se le ha vuelto a ver por el trabajo, pasa las tardes sentado en un café
lápiz en mano y el papel sigue en blanco día tras día.
La soledad invade sus días y su vida se apaga,
¿Dónde estará su musa? La extraño yo también, necesito tu sonrisa, necesito
tu mirada dos mesas más allá. Necesito leerte. Tu musa nos ha abandonado a ti y
a mí.
Me gustaría sentarme junto a ti, en tu mesa en el café, en la mesa siempre,
junto a la ventana.
Me gustaría decirte cuánto te necesito, cuánto bien me aporta tu papel
lleno de frases, incoherentes para el mundo, pero no me atrevo y te observo de
reojo rogando que vuelva tu musa.
Quizás mañana reúna el valor suficiente para hablarte, quizás mañana encuentre
el camino de vuelva a tu musa…
No hay comentarios:
Publicar un comentario