- Tú sabes rezar? Soltó así sin más, sin
venir a cuento.
Sus amigos se miraron preguntándose qué le pica ahora
éste... Nunca habían hablado de ello, no por nada, simplemente no había surgido
el tema.
- Pero, os sabéis el Padre Nuestro? Insistió.
- De verdad, a ti qué te pasa? Le
respondieron casi al mismo tiempo.
- No, va, en serio, sabéis rezar o no?
- Si. Dijeron los otros dos y,
seguidamente, uno de ellos se lanzó a recitárselo mientras el curioso escuchaba
atentamente, casi con la boca abierta, incrédulo de lo que sabían y él no.
- Y cómo lo sabéis? Habéis hecho la comunión los
dos? Claro, debe ser eso, yo no se rezar porque no hice la comunión. Arrancó
en un monólogo de preguntas y respuestas a sí mismo sin dejar que nadie
interviniera. Hasta que por fin frenó y pudieron contestarle.
- Yo tampoco hice la comunión pero mi abuela era
creyente y de pequeña, cuando nos quedábamos en su casa, rezábamos con
ella antes de ir a dormir. Contestó la chica.
- Yo si la hice. Mi familia son creyentes y
practicantes, antes yo solía ir con ellos a la iglesia. Continuó el
marido.
- Entonces, creéis en Dios? Continuó
insistente en su particular cuestionario como queriendo profundizar en el
asunto sin saber muy bien cómo.
- Se puede saber qué te pasa? Preguntó el
chico, esperando cualquier contestación mientras empezaba a sospechar que les
estaba tomando el pelo, pero la respuesta fue, si cabe, más inesperada aun.
- Es que quiero hablar con Dios y tengo entendido
que para que te escuche hay que rezarle antes un Padre Nuestro.
Los chicos se echaron a reír, realmente el diálogo hasta el
momento había sido surrealista pero el último razonamiento lo superaba con
creces, teniendo en cuenta que se trataba de una conversación entre
adultos.
- Tengo que preguntarle que por qué si es verdad que existe, cómo permite que haya guerras, que la gente se mate, que se abuse de niños, que roben los políticos, que los pobres vivan en la calle... Prosiguió.
¿Qué contestar a eso? ¿Cómo darle un razonamiento sensato a
alguien que está tan "verde" en el asunto? ¿Cómo no influenciarle con
nuestras propias creencias personales? ¿A caso hay alguien que tenga la verdad
absoluta? ¿Jesucristo y Dios son lo mismo? ¿La iglesia realmente difunde la
palabra de Dios? ¿Si alguien necesita o quiere creer en algo le vas a quitar la
idea de la cabeza? ¿Cómo explicarlo sin ofender a nadie?
Suelo hablar con Dios o con quien quiera que haya allí arriba, todas las noches, doy las gracias por todas las cosas buenas de las que disfruto a diario, por sentir el amor de los míos, por tener una casa, un trabajo, por sentirme feliz y le pido que me perdone por todos los errores que cometo. Quizás no sea con Dios con quien hablo, tal vez me doy las gracias a mí misma por seguir fuerte adelante y me perdono por las pifias que llego a hacer a lo largo del día. Sea como sea a mi me vale pero, considerándome una mujer hecha, derecha y sensata, cómo le explicas eso a alguien sin parecer una hippie flower power?
¿Alguna vez os habéis planteado cómo resolveríais una
situación semejante?